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Intento SOTA en Los Bígaros, EA1/AT-025
El Domingo 13 de Febrero, aprovechando nuestra estancia en Babia, nos propusimos ascender este bonito pico ubicado a caballo entre León y Asturias. La previsión meteorológica era muy mala para el fin de semana, por eso no teníamos ningún plan preestablecido. Decidiríamos en el momento segun se nos presentase el panorama.
En esta ocasión me acompañó Jose, que se acercó desde León, y en vista del buen tiempo relativo que teníamos en San Emiliano el Sábado por la noche, nos animamos a madrugar el día siguiente. Las últimas previsiones indicaban la entrada de un frente hacia el mediodía del Domingo. Jose no es radioaficionado, pero tiene experiencia en montaña y ya hemos participado juntos en varias ascensiones.
Nos levantamos pasadas las 6 de la mañana y aun de noche nos dirigimos hasta el pueblo de Torrestío, nuestro punto de partida. La temperatura no era muy baja, pero se había levantado un viento frío que nos hizo apurar la marcha para entrar en calor. Desde Torrestío comenzamos el ascenso siguiendo el que fuera Camino Real de La Mesa. El origen de esta ruta, que también fué calzada romana, se pierde en el tiempo, y durante siglos fué una de las principales vías de comunicación para entrar en Asturias.
Conforme nos vamos aproximando al puerto las primeras luces del día resplandecen sobre la nieve que nos rodea y se intesifica el viento que se cuela atraves de la ropa y produce un frío muy desagradable. En el puerto, cerca de la fuente de Los Huesos, hay un choza de pastores al que nos dirigimos para abrigarnos mejor y prepararnos para el ascenso por la pendiente nevada. Cuando alcanzamos el chozo el viento es muy fuerte ya, con ráfagas que rondan los 75 Km/h.
El puerto de la Mesa es un paraje que me gusta especialmente. Paso natural que comunica Babia con Somiedo, transcurre por la vertiente norte de Los Bígaros y en invierno es como entrar en una gran cámara frigorífica. Fué en este lugar estratégico en donde los pueblos cristianos del norte presentaron batalla y derrotaron a los ejércitos musulmanes que pretendían retomar el control de todo el territorio de la península. De haber sido otro el resultado de aquella batalla, las puertas del norte habrían quedado francas para los ejércitos enemigos y casi con certeza nuestro devenir histórico posterior hubiese sido muy diferente. En ese mismo sitio, a la sombra de Los Bígaros, fueron enterrados los muertos en aquella contienda y hasta el día de hoy la Fuente de los Huesos guarda con su nombre la memoria de lo que allí aconteció.
Desde el chozo estudiamos el camino de subida que por suerte transcurre en cierto modo al abrigo de la zona mas expuesta al viento. Un breve destello de sol que ilumina la cumbre nos da el ánimo definitivo y nos ponemos en marcha. el estado de la nieve es muy variado, alternado zonas de nieva blanda y pesada con placas duras donde se agradece la seguridad adicional de los pinchos. El ascenso no representa mayor complicación salvo la incomodidad de las frecuentes paradas para hacer frente a las ráfagas de viento arremolinado que hacen todo lo posible por desequilibrarnos. un estampido sordo, como una mezcla de trueno o un disparo lejano, nos hace detenernos un rato para evaluar la situación y determinar su origen. No apreciamos signos de tormenta, y no nos ha parecido un trueno asi que continuamos el ascenso hasta el circo que se abre unos metros mas arriba, donde la pendiente se hace ya mas suave.
Segun nos vamos subiendo viramos hacia la cumbre maneniendonos siempre al abrigo de la cresta. En los ultimos metros conforme salimos a la zona mas despejada podemos apreciar toda la intensidad del viento. En varias ocasiones nos echamos al suelo antes de que un ráfaga nos tire. Asi ni nos planteamos acercarnos a las peñas de la cumbre que tenemos unas decenas de metros mas adelante, por que supone quedar totalmente expuestos al viento y ya sabemos lo que va a pasar.
Aun así nos acercamos todo lo que podemos protegidos por una arista de nieve y allí agazapados levanto el anemómetro para tener un dato obejivo de como est la cosa. 115 Km/h... hummmm... no está mal. mientras estiraba el brazo todo lo que podía para exponer el medidor fuera del abrigo casi me sentí ingrávido en un par de ocasiones. Entretanto volvemos a eschuchar aquel estampido sordo que nos llamo la antención antes y que estaba producido por el mismo viento al romper contra las aristas rocosas de la cumbre a escasos metros de nosotros.
Como la nive venteada nos golpea como perdigones y no vamos a hacer nada mas allí, nos arrastarmos unos metros mas abajo donde podemos ponernos de pié con seguridad de no convertirnos en una cometa humana y alegremente iniciamos el descenso. Cuando pasamos de nuevo junto al chozo las ráfagas allí alcanzan los 95 Km/h. Nos quedan unos kilómetros de camino hasta el coche en Torrestío, y cuando ya estamos llegando comineza a nevar. Los copos se espesan cuando llegamos a coche y recogemos. El frente de mal tiempo está entrando ahora en Babia. Y esta vez no nos ha pillado, que la verdad ya estamos un poco aburridos de terminar con las mochilas empapadas.
Así que para celebrarlo no fuimos a comer a la Vega de Los Viejos, por que no todo va a ser sufrir.
P.D.
- Por si ha pasado desapercibido el enlace a la galería, el resto de las fotos están aquí.
- En esta ocasión el equipo de radio no salió de la mochila, pero estoy convencido que al 817 tambien el gusta salir al monte, aunque sea así de abrigadito. Por otro lado, como comentaba mas arriba, Jose no es radioaficionado, por eso durante la actividad de vez en cuando y como quien no quiere la cosa me hacía preguntas del tipo: "... y eso que vas a hacer allí arriba exactamente.. ¿que es?...", o esta otra "... ya pero... y cuando comunicas con otros... ¿de que hablais?...", o esta que sin duda es mi favorita y es la que con diferencia casi todo el mundo hace: "... y eso... ¿para que sirve?..."
Lo mas duro de todo esto es que a veces, yo mismo me lo pregunto también.
J.Moldes -EB1HBK-